¿Qué es la conducta verbal?
En el análisis de conducta, cuando hablamos de comunicación o lenguaje, nos referimos a la conducta verbal, un concepto introducido por B.F. Skinner. Según Skinner, el lenguaje no es un proceso especial separado del resto del comportamiento; en cambio, es aprendido, adquirido y mantenido por las mismas variables y principios que regulan cualquier otro tipo de conducta.
La conducta verbal se define por su función en lugar de su forma. Esto significa que una conducta verbal es aquella que produce un cambio en el comportamiento de otras personas, siendo reforzada socialmente. Esto incluye no solo el habla, sino cualquier forma de expresión que genere reforzamiento mediado socialmente, como podría ser el llanto de un niño o señalar un objeto deseado.
Es por ello, que no hablamos de personas “no verbales”, si no de aquellas sin un repertorio de conducta vocal o repertorios verbales escasos, ya que todas las personas, en mayor o en menor medida, pueden generar un cambio en los demás para obtener una mejora en su ambiente.
Así, desde el análisis de conducta aplicado, el uso de Sistemas de Comunicación Alternativos (SAC) también se incluyen en la conducta verbal, como lengua de signos, sistema de intercambio de imágenes (PECS) o el uso de dispositivos electrónicos, lo que permite a las personas con dificultades de comunicación interactuar con su entorno de manera efectiva, por lo que resulta indispensable valorar su uso en aquellos casos en los que se encuentren impedimentos para el desarrollo de conducta vocal o no se alcancen los resultados esperados.
Roles de la conducta verbal: Hablante y escucha
Skinner introdujo los términos hablante y escucha para describir los roles en la comunicación. Estos roles son independientes, pero a menudo interactúan para formar conductas más complejas.
- Escucha: Más que receptivo, el escucha no recibe meramente el mensaje, sino que debe aprender a interpretar y responder a señales arbitrarias en función de su significado. Por ejemplo, entender la palabra «manzana» implica más que oír el sonido; el escucha aprende su significado funcional.
- Hablante: en vez de expresivo, ya que no se trata de un constructo metafórico que viene del interior, si no que el sujeto participa activamente y modifica la conducta de otros a través de la comunicación.
¿Cómo entendemos la conducta verbal?
Desde el análisis funcional, las conductas verbales se clasifican según sus antecedentes y consecuencias. Estas categorías, conocidas como operantes verbales básicas, incluyen:
- Mandos: son solicitudes o demandas que expresan directamente lo deseado, ya sea para obtener algo agradable o para el cese de una situación desagradable, siendo reforzados mediante el objeto u actividad directamente solicitado (o su cese). Por ejemplos, podemos considerar los siguientes casos:
- Un niño dice “agua” y su madre le da la botella de agua.
- Un niño señala una botella de agua y su padre se la da para que beba.
- Yendo de copiloto le dices al conductor “¡Ve más despacio!” y este aminora la marcha.
- Tactos: se trata de nombrar o identificar aquellas cosas que se encuentran en el ambiente con el fin de compartirlas con otros, siendo reforzadas por reforzadores generalizados, como pueden ser la atención e interacción social. Veamos unos ejemplos:
- Un niño dice “guau-guau” cuando ve un perro en el parque y su padre le contesta “Ay, mira como corre el perrito”
- Un niño señala una mariposa que vuela cerca suyo y su madre le dice “¡Que bonita!”
- Vas caminando por la calle con un amigo y dices “Puag, que mal huele…” y tu amigo contesta “Ya ves, en verano siempre huelen las alcantarillas…”
- Intraverbales: se trata de respuestas ante estímulos verbales sin tener correspondencia directa con los estímulos presentes, siendo igualmente mantenidas por reforzadores generalizados, como la atención de otros, la aprobación social, etc. Algunos ejemplos son:
- Una señora pregunta a un niño “¿Y tú como te llamas?” a lo que este responde con su nombre y la señora le dice que es un nombre muy bonito.
- Estas en el médico y este te pregunta por las medicaciones que tomas, le indicas el medicamento que estas tomando actualmente, él médico asiente y lo anota en tu ficha.
- En una clase los alumnos están corrigiendo los ejercicios, un alumno sale a la pizarra y lee la pregunta “Escribe las partes de la célula”, escribiendo a continuación las distintas partes de la célula en la pizarra. El profesor le dice “Muy bien, tienes un positivo” y lo anota en su registro.
- Dúplicos (conducta duplicada): hablaríamos de dúplicos cuando la respuesta emitida por la persona se corresponde exactamente (tanto en su forma como en su contenido) con el antecedente presentado por otra persona, siendo su desarrollo imprescindible para lograr respuestas verbales más complejas. También son respuestas desarrolladas y mantenidas por su contacto con reforzadores generalizados, como pueden ser elogios o sonrisas. En función de la forma que tengan encontraremos distintos tipos:
- Ecoica: se trata de una respuesta vocal en la que se repite el antecedente presentado. Por ejemplo:
- Un padre dice “mira un guauguau” y el bebé repite “guauguau”, el padre le mira y dice “¡Eso es, un guauguau!”
- Estás en clase de inglés y la profesora dice “En inglés <<café con leche>> se dice: <>”, toda la clase repite “caffelatte” y la profesora dice “¿Véis? Ya podéis tomar café en Londres”.
- Imitación motora: se trata de una respuesta motora que repite el movimiento producido por otra persona, teniendo este un fin comunicativo (señalar, signos…). Un ejemplo podría ser al enseñar a una persona con discapacidad auditiva la lengua de signos, su maestro señala un coche y realiza el signo de “coche”, repitiendo el alumno tras este el mismo movimiento y recibiendo la aprobación del maestro.
- Copia de texto: la persona copia el texto presente, como puede ser un niño completando un cuadernillo de caligrafía y recibiendo elogio de su maestra por la buena letra que está haciendo.
- Ecoica: se trata de una respuesta vocal en la que se repite el antecedente presentado. Por ejemplo:
- Códicos (conducta codificada): se trata de una respuesta verbal que guarda correspondencia con su antecedente (también verbal) en el contenido, pero no en su forma. Se encuentra reforzado por reforzadores generalizados. Encontramos los siguientes tipos:
- Textal: entendido como lectura, la persona emite la respuesta vocal ante la presencia de un texto. Por ejemplo, una madre y su hija van por la calle y la niña lee “farmacia” en el cartel de la tienda que van a entrar, la madre le dice “Esto es la farmacia, muy bien, vamos a comprar medicinas”.
- Transcripción o toma de dictado: la persona escucha un antecedente vocal y lo pasa a texto. Por ejemplo, le dices a tu compañero de piso los productos de limpieza que necesitáis mientras este los escribe en una lista, dándole las gracias después por ocuparse de la compra.
Beneficios de trabajar la comunicación desde la conducta verbal
Trabajar la comunicación desde esta perspectiva permite:
- Analizar cuáles son las condiciones ambientales que deben estar presentes para el desarrollo de una respuesta específica.
- Enseñar habilidades comunicativas funcionales y prácticas.
- Proporcionar herramientas que mejoren la interacción con otros, la independencia y la calidad de vida.
- Utilizar sistemas alternativos para aquellos con dificultades vocales, desarrollando con estos las mismas funciones comunicativas.
Por ejemplo, un niño que aprende a pedir un juguete experimenta un mayor acceso a reforzamiento, lo que fortalece la conducta de solicitar. Al igual que un niño que aprende a recibir la atención de otros al compartir lo que se encuentra en su ambiente, o a mantener la interacción respondiendo a otros. Este enfoque garantiza que la comunicación no solo sea efectiva, sino también socialmente significativa.
Conclusión
El análisis de conducta verbal ofrece un marco efectivo y basado en evidencia para enseñar habilidades de comunicación, adaptándose a las necesidades individuales de cada alumno. La comprensión de la comunicación como conducta aprendida abre un mundo de posibilidades para fomentar la inclusión y la autonomía.
Bibliografía
- Cooper, J. O., Heron, T. E., Heward, W. L. (2020). Applied Behavior Analysis (3rd ed.). Pearson.
- Greer, R. D., Ross, D. E. (2008). Verbal Behavior Analysis: Inducing and Expanding New Verbal Capabilities in Children with Language Delays. Pearson.
- Skinner, B. F. (1957). Verbal behavior. Copley Publishing Group.